lunes, 22 de junio de 2015

Opinión de Mario Gallina



Vi "Despedida en París" y me cuesta encontrar otro adjetivo como no sea el de exquisita, para definir esta obra. Lamento no poder ser original, pues todos la califican así y asumo mi incapacidad para hallar otra palabra. Y además... me resisto: ¡ES UNA OBRA EXQUISITA!
El libro, lleno de ironía, humor, dolor y guiños teatrales; la cuidada y exacta ambientación; la dirección que -albricias- "se ve" (¿han notado que últimamente se encuentra poco en teatro eso que se llamaba "dirección"?).
Y las actuaciones de Fernanda Mistral, en el que me animaría a señalar que es su mejor trabajo para la escena (y eso que le vi muchos: "Rinoceronte" de Ionesco; "Después de la caída" y "Las brujas de Salem" de Miller; "Sucedió en la oscuridad" de Shaffer y tantos, tantos más). Y Stella Matute, en otro plano, como lo requiere su Duse, concluyendo en un justo y exacto "pendant" con su compañera.
Con las mismas ganas con que se quiere volver a ver a ese amor tan querido o a ese amigo entrañable, yo tengo muchas ganas de volver a disfrutar "Despedida en París".
Y estoy seguro de que una segunda vez no será suficiente.

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